Por qué todos los teletrabajadores deberían tener un ritual matutino

Si ahora estás teletrabajando, o llevas haciéndolo un tiempo, eres uno de muchos. Trabajar desde casa se ha convertido en una opción viable según la tecnología avanza y nos da la habilidad de hacerlo. Pero a veces, conseguir un ritual matutino para despertarte del todo puede ser complicado. Por suerte, aquí tienes una serie de pasos que harán que le des forma a tu día de una manera positiva.

Un ritual matutino te puede ayudar en momentos de necesidad. Si sientes que estás desorganizado, estresado o inseguro con respecto a tu vida, puedes implementar un horario. Esto traerá algo de seguridad y regularidad a tu vida. Con una mejor estructura, serás más productivo y gestionarás tus emociones mejor, formulando hábitos duraderos.

Planifica tu mañana

Tu ritual matutino empieza la noche anterior. Los últimos minutos de tu jornada, querrás adquirir el hábito de planificar el día siguiente. Esto te ayudará a tener más certeza y saber qué necesitas conseguir cada mañana. Puedes organizar tus tareas para que las grandes prioridades sean lo primero.

También tienes que conseguir dormir bien para estar sano. Sé preciso a la hora de elegir cúando poner tu despertador, asegurándote de que tienes tiempo suficiente para hacerlo todo antes de empezar a trabajar. Así, también sabrás cuando te tienes que ir a dormir para descansar lo suficiente. La clave no es despertarse para estar despierto, sino despertarse para ser productivo.

Haz ejercicio y come bien

Empieza tu día con el pie derecho. A lo mejor quieres salir a correr o dar un paseo antes de empezar a trabajar. A lo mejor quieres ir al gimnasio. O puede que quieras entrenar directamente en casa. Esto permitirá que tu cuerpo se sincronice y se despierte.

Probablemente hayas escuchado que el desayuno es la comida más importante del día. Así que deberías tomarte tu tiempo para comer bien y de manera saludable. No te saltes este paso. Las personas necesitan comida — es el combustible que nos hace seguir en funcionamiento. Y, cuando comes bien, el desayuno te puede ayudar a que te despiertes y ponerte de buen humor.

Hacer ejercicio y comer bien van de la mano.

Trabaja en un proyecto personal

Antes de empezar con tu jornada laboral, deberías dedicar un tiempo a trabajar en un proyecto para ti mismo. Esto no debería ser algo como leer tu email. Debería ser algo que te apasione y con lo que disfrutes. Hacer ejercicio podría valer. Pero también puede que prefieras escribir, leer, dibujar o aprender un nuevo idioma.

Tener este hábito te ayuda a tener una actividad positiva que querer hacer por las mañanas. Así, puedes hacer la transición al trabajo más fácilmente. Madrugar puede costar. Pero si te dedicas un rato a ti mismo, será tu momento personal para entrar en el ritmo del día a día.

Enfréntate primero a tu mayor prioridad

Aquí es cuando la lista de tareas que dejaste preparada el día anterior empieza a ser útil. Deberías organizarlo para que tu proyecto o tu tarea más prioritaria esté al principio de la lista. Así, cuando transiciones del ejercicio a de tu proyecto personal y, de ahí, a tu mayor prioridad, tengas la energía para hacerlo. Sin mencionar, que luego todo será más fácil una vez hayas terminado con lo más complicado primero.

Mark Twain dijo “Cómete una rana viva a primera hora de la mañana y nada peor que eso te pasará el resto del día". La rana, por supuesto, es metafórica. Pero el principio sigue siendo válido. Una vez que te has cogido esa tarea complicada y la has sacado adelante marcas el tono y el nivel de productividad del resto del día. Éste es un hábito que debes adoptar. De aquí en adelante, despertarte será algo que disfrutarás. Y el resto del día será productivo.