Principios y valores

Los principios son normas o ideas fundamentales que rigen el pensamiento o la conducta, y constituyen un marco de referencia para lograr el bien común dentro de una sociedad. Tienen un carácter universal. El principio de igualdad (todos los seres humanos son iguales ante la ley, sin distinción de raza, género, nacionalidad, condición social o cualquier otra característica) es un ejemplo de principio ético universal.

Stephen Covey, autor de Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, dice que “un principio es una ley natural, como la ley de la gravedad. Si dejas caer algo, la gravedad lo controla. Si no te digo la verdad, no confiarás en mí; esa es una ley natural”.

Los valores son las cualidades que individualizan el modo de ser y el comportamiento de una persona. Son creencias que las personas tienen con respecto a cuestiones o ideas específicas y, en última instancia, son subjetivas y maleables. Pueden cambiar con el tiempo.

Por medio de valores positivos tratamos de actuar de acuerdo a lo que consideramos correcto y aspiramos a ser la mejor versión de nosotros mismos. Estos valores nos proporcionan fuerza y resiliencia ante las dificultades de la vida, y determinan las decisiones que tomamos.

Por ejemplo, la humildad, el respeto, la sinceridad, la responsabilidad y la gratitud son valores genéricos que una persona puede elegir como base de su comportamiento.

Mientras que los principios son externos al individuo, los valores son internos. Tus valores son tus raíces. Cuanto más consciente seas de cuáles son tus valores, más conectado estarás con ellos y con lo que es más importante para ti.

Aunque no seas consciente de ello, los principios y valores por los que te riges son muy importantes en tu trabajo y en tu vida personal. Determinan tus prioridades y tus elecciones y, por lo tanto, tu sistema de gestión personal debería tenerlos en cuenta. La metodología GTD utiliza el modelo de 6 niveles de perspectiva para que, en última instancia, determines tus proyectos y tareas de cada día en función de aquello que da significado a tu vida, tu propósito de vida.

Para dar forma a tu propósito de vida, debes usar principios y valores. El establecimiento de un conjunto de principios te dará dirección siempre que debas tomar una decisión o evaluar una oportunidad, comportamiento o situación en particular. Los principios no se practican, pero serán la base de tus valores, que determinarán qué haces y, en definitiva, quién eres.