Sin Hábitos no hay Productividad

Estoy totalmente convencido de que la principal razón por la que mucha gente no está bien organizada y vive agobiada por la presión de su trabajo y sus tareas personales, es que no consiguen establecer los hábitos necesarios para, con calma, tenerlo todo bajo control.

No es falta de interés. Al final, aunque sea por una cuestión puramente correctiva, cuando uno se da cuenta de que ha llegado a una situación en que el exceso de compromisos y responsabilidades que ha aceptado le hacen vivir en un estado de constante preocupación y ansiedad, trata de buscar soluciones. Uno pregunta, lee, investiga y prueba posibles soluciones.

No es falta de conocimientos. No hace falta conocer GTD u otra metodología de productividad personal para estar mínimamente organizado. Con cuatro pequeñas nociones de sentido común, puedes tener todo—más o menos—bajo control, aunque el sistema que utilices no tenga nombre ni siglas (ya que lo has ideado tú).

Normalmente pregunto a los clientes que dejan de utilizar FacileThings como herramienta de organización personal cuál es la razón por la que dejaron de utilizarla (es difícil mejorar un producto si no sabes qué piensan de él sus usuarios). Es evidente que un usuario que pagó una suscripción después de probar la aplicación durante un mes, debió sentir que aportaba algún valor a su vida. Entonces, ¿qué pasó?

La respuesta no suele tener que ver con el coste, ni siquiera con la aplicación en sí. La respuesta más habitual es del tipo “Tu aplicación me encanta, es sólo que no consigo consolidar el hábito de utilizarla a diario”. Otras, como “Es que últimamente he estado demasiado ocupado”, dejan entrever el mismo problema (precisamente, cuando uno está demasiado ocupado es cuando más necesita algún tipo de apoyo).

Un hábito es una forma de pensar o hacer que se adquiere a base de perseverancia y repetición. Adquirir un buen hábito no es fácil, pero el premio merece la pena. Cuando no lo tienes, estás inseguro y titubeas. Cuando lo tienes, te trasciende; lo llevas a cabo sin apenas darte cuenta, sin esfuerzo.

En el mundo de las artes marciales, una kata es un conjunto de movimientos que se practican repetitivamente, una y otra vez (normalmente en grupo), con el objetivo de aprender a ejecutar una determinada técnica de una manera natural. Se persigue interiorizar el movimiento de manera que luego se pueda ejecutar en el momento adecuado, adaptándolo a las circunstancias, y sin pensar en ello.

Si quieres forjar los hábitos que te llevarán a ser el dueño de tu vida y disfrutar de tu tiempo, debes practicar deliberadamente estas katas de la productividad personal:

1. Captura todo lo que llame tu atención fuera de tu mente—constantemente.
2. Aclara de que va lo que has capturado—una vez al día.
3. Revisa todas tus listas y proyectos—una vez a la semana.

La primera es, quizás, la más complicada de adquirir; requiere disciplina y autocontrol. Con las otras dos, puedes ayudarte de tu Agenda y de recordatorios o alarmas que te “machaquen” hasta que ya no hagan falta. Piensa que cuando se conviertan en hábitos, no pensarás más en ellas.

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