Seis niveles de perspectiva para que gestiones tu atención

En los últimos artículos hemos visto cómo puedes gestionar con eficacia tus asuntos mediante cinco pasos que te permiten recuperar y mantener el control de tu vida:

1. Empiezas capturando todo lo que tiene tu atención.
2. Utilizas un sencillo proceso mental para aclarar qué significa exactamente cada uno de tus asuntos pendientes y decidir qué vas a hacer con ellos.
3. Después organizas los resultados de ese proceso poniendo recordatorios en las listas adecuadas.
4. Periódicamente, reflexionas sobre el contenido de tu mapa de trabajo para darles la perspectiva necesaria.
5. Y por último, vas haciendo las cosas, actúas, ejecutas las acciones que más sentido tiene hacer en cada momento.

Estarás de acuerdo en que se trata de un método lógico, natural y de sentido común.

Pero hace falta algo más porque, como ya vimos, necesitas cierto grado de perspectiva para saber a qué tienes que prestar más atención en cada momento. Sería absurdo estar haciendo bien muchas cosas cuando no es el momento de hacerlas.

¿A qué le estás prestando tu atención? Los niveles de perspectiva de la metodología GTD responden a esta pregunta y te ayudan a gestionar tu atención a lo largo del tiempo.

Los horizontes de enfoque te permiten aplicar seis niveles de perspectiva a diferente distancia, de modo que puedas alejarte en la escala cuando necesitas una panorámica más general de hacia dónde se dirige tu vida, y acercarte cuando necesitas concentrarte en asuntos más específicos. Los niveles superiores te ayudan a pensar con claridad y los inferiores a entrar en acción.

Los niveles de perspectiva contienen información que te permite comprender en cada momento qué cosas son importantes para ti. Si reflexionas y actualizas periódicamente esta información, serás capaz no sólo de tener tu vida bajo control, sino de dirigirla.

Veamos los seis niveles de perspectiva, yendo desde los más genéricos a los más concretos.

Propósito

El propósito está en el nivel superior de la escala y abarca el conjunto de tu vida. Responde a la pregunta “¿Para qué estoy aquí?”.

Es una pregunta bastante trascendental y quizás no estés todavía preparado para dar una respuesta muy específica, pero intenta dedicar un tiempo a pensar en tu vida actual y cuál podría ser el objetivo vital de la persona que eres ahora mismo. Es muy normal tener dudas, pero escríbelo en algún sitio y vuelve a revisarlo cada cierto tiempo. Con el tiempo, tu propósito se irá haciendo más nítido.

Visión

El nivel de visión implica imaginar cómo te gustaría que fuera tu vida dentro de unos pocos años. Responde a la pregunta, “si todo fuera ideal, ¿cómo será mi vida de aquí a unos años?”. No te vayas a un futuro muy lejano, imagina tu vida dentro de tres, cuatro o cinco años.

Escribe sobre lo que sucedería si tuvieras éxito en todo lo que quieres hacer. Visualízalo. Añade imágenes, citas, y cualquier información que represente el éxito para ti y que resulte motivadora. ¿Quién serás? ¿Dónde estarás? ¿Con quién estarás? ¿Qué estarás haciendo?

Definir tu visión es muy importante ya que, consciente o inconscientemente, te ayudará a tomar decisiones cuando surjan situaciones difíciles y tengas que establecer prioridades.

Objetivos

Una vez que tienes claro tu propósito y has visionado cómo debería ser tu futuro próximo, te llegará la inspiración. De repente, vas a caer en la cuenta de que deberías hacer determinadas cosas y, para que esa visión se convierta en realidad, algunas de esas cosas no deberían demorarse demasiado.

Los objetivos son esos logros que pretendes alcanzar en el próximo año y, por supuesto, deben estar alineados con tu propósito de vida y tu visión del futuro. Estos objetivos te ayudarán a decidir dónde enfocas tu atención y tu energía.

Cuando definas tus objetivos, intenta darles un plazo aunque sea genérico: un mes, seis meses, un año, más de un año. Puedes definir tus objetivos con frases del estilo de: “Me gustaría (qué) dentro de (cuándo)”.

Áreas de enfoque

Las áreas de enfoque te ayudan a llevar al día todos aquellos aspectos de tu vida cuya responsabilidad te has comprometido a asumir.

Estas responsabilidades cambian a lo largo de los años, a veces incluso incluso en meses si se producen cambios importantes en tu vida o nuevas experiencias (un nuevo trabajo, una nueva ciudad, una nueva relación, el nacimiento de un hijo, la enfermedad de un familiar, etc.).

Pensar en cuáles son estas áreas de responsabilidad, asumirlas y mantenerlas al día te ayudará a hacerte cargo de tu vida con claridad y tranquilidad.

Como punto de partida, echa un vistazo a las áreas de enfoque más habituales que te muestro en este artículo.

Proyectos y acciones

A lo largo de los cinco pasos que definen el flujo de trabajo diario de GTD hemos visto en qué consisten los dos niveles inferiores de la perspectiva. Son los proyectos y las acciones que se generan como resultado de la etapa aclarar.

Las acciones definen los actos físicos y visibles que tienes que hacer y los proyectos aparecen cuando necesitas más de una acción para alcanzar el resultado deseado.

La lista de proyectos y las listas de acciones (calendario, lista de acciones siguientes y lista a la espera) tienen actualmente toda la información que compone tu vida a nivel de ejecución. Ya debes tener material ahí y seguirás incorporando más cosas cada día.

Si has trabajado bien los niveles superiores de perspectiva (propósito, visión, objetivos y áreas de enfoque), serás capaz de determinar con confianza qué proyectos y acciones debes llevar a cabo en tu día a día.

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Si decides reflexionar y tomar notas sobre estos seis niveles de enfoque, sobre todo los superiores, conseguirás tener una perspectiva más profunda de tu vida y normalmente elegirás llevar a cabo actividades relacionadas con los temas que son realmente importantes para ti.

Revisa estas reflexiones cada cierto tiempo y, sobre todo, cuando sientas que tu vida no progresa como te gustaría o cuando debas tomar decisiones importantes.

FacileThings te proporciona la posibilidad de trabajar y definir tus niveles de perspectiva, y de conectar las acciones y proyectos de tu trabajo diario con tu propósito de vida, tu visión de futuro, tus objetivos y tus áreas de responsabilidad.