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Trabajar desde casa se ha convertido en la nueva norma desde el inicio de la pandemia del coronavirus. Nos permite a todos estar seguros gracias al distanciamiento social, y mantiene el negocio en marcha.

El crecimiento personal tiene un impacto en todos los aspectos de tu vida personal y profesional. En el trabajo, puede ayudarte con tu productividad, eficiencia, comunicación y en la forma en la que interactúas con tus jefes y compañeros de trabajo. A nivel personal, el crecimiento puede tener un impacto en tus finanzas, tu familia, tus amistades y tu salud física y mental.

Trabajar desde casa puede ser tanto una ventaja como una carga. Con el auge de la tecnología, muchas empresas tienden a contratar menos personal para reducir los costes de la empresa. Podría parecer que los trabajos a distancia son mucho más convenientes que los realizados en el lugar de trabajo ya que los trabajadores a distancia disfrutan de un horario de trabajo flexible, menos supervisión y mayor libertad.

Muchos gestores piensan que el dinero es el factor más importante en cuanto a la satisfacción de los empleados. Después de todo, la gente trabaja para mantenerse y un salario competitivo parece razonable a cambio de sus servicios. No obstante, el trabajo no es sólo dinero. Hay distintos factores que juegan un papel importante en la felicidad y en la productividad del lugar de trabajo.

Trabajar desde casa puede parecer algo maravilloso. Aquellos que no trabajan desde casa suelen olvidar que tener tu despacho en casa también conlleva ciertos retos. No hay un horario estricto de oficina que delimite el tiempo, no hay compañeros de trabajo a los que acudir en busca de ayuda y, por último, no hay nadie que impulse tu motivación y productividad. Sin motivadores externos, tu nivel de productividad puede fácilmente fluctuar y disminuir.