La productividad sin estrés existe

Puede que quieras reformar tu casa, desarrollar una aplicación para iPhone o escribir un buen artículo para tu blog. El caso es que has decidido empezar un nuevo proyecto y tienes muchas ganas de meterle mano, pero todavía está algo difuso en tu mente. No sabes muy bien cómo hacerlo ni, mucho menos, por dónde empezar.

¿Por qué procrastinamos aún sabiendo que este comportamiento nos traerá problemas? ¿Por qué es tan dificil dejar un trabajo o una carrera que no nos lleva a ninguna parte? ¿Por qué continuamos haciendo (o no haciendo) ciertas cosas, a pesar de que sabemos que hacerlas (o no hacerlas) nos perjudica?

Una de las grandes ventajas de GTD es que permite, desde un principio, separar cosas que requieren una acción de otras que, aunque tienen valor, no requieren hacer nada, al menos de momento. Esto redunda en una visión mucho más clara y descongestionada de nuestra zona de trabajo.

La productividad personal—y GTD en particular—es principalmente una cuestión de hábitos. No importa lo funcional, rápido y agradable de usar que sea tu sistema de productividad personal; si sigues utilizando tu cabeza como método de almacenamiento, no tomas decisiones sobre todo lo que te concierne y no revisas tu sistema periódicamente, la mejor herramienta del mercado no será de gran ayuda.

Además de organizar tus acciones, necesitas una Lista de Proyectos para anotar todas aquellas cosas que requieran más de una acción para completarse. Se trata de un índice que te ayude a recordar que, aunque ya tengas alguna acción definida al respecto, todavía tendrás que realizar alguna más para alcanzar el resultado final.